Exclusivo: Maximiliano Perg se subió al tren de la gran emoción en el Campeón del Siglo: “siento tremenda felicidad, lo soñé”
Maximiliano Perg, 24 años, zaguero de Fénix, llegó a Peñarol el sábado de lluvia imparable y “tremenda felicidad”. El sanducero que se probó en el equipo de Capurro y jugó seis años al día que soñó, en el Estadio Campeón del Siglo. El llamado a la abuela, gran hincha del club, a los padres en Argentina, compartiendo semejante alegría. “Es el mejor momento de mi vida”. El sentimiento por dejar al albivioleta “aprendí de un grupo muy unido y un gran técnico como Rosario” y los aurinegros. “vengo al club que soñé”.
“Me confirmaron que el pase se hizo y no puedo explicar esta alegría con palabras” comentó Maximiliano Perg, el zaguero de 24 años (1.85) de Fénix en Peñarol. La comunicación desde el Palacio lo conmovió, de la mayor alegría a la emoción.
“Vamos al Campeón del Siglo” aceptó con el mayor gusto por las imágenes de Tenfield.com en el Estadio, el sábado de lluvia implacable. A puro sentimiento, el zaguero que dio el salto de Capurro a Los Aromos, de la fortaleza del equipo de Rosario Martínez a un grande.
-¿Cómo seguiste desde el interés hasta el final feliz?
-“Mucho nerviosismo. Pasaron los días desde que se mencionó y como no se concretó obviamente la incertidumbre aumentó. Es muy difícil controlar lo que uno vive en esa situación”.
-Ahora explota el teléfono…
-Siento tremenda felicidad. No encuentro palabras para expresarlo. Es el equipo que soñé”.
-La repercusión es diferente. En el juego, ¿llegar afianzado en primera te hace sentir más preparado?
-“Es el mejor momento de mi vida. Voy a dar lo mejor por Peñarol”.
La historia de Perg nació en Paysandú (Colón, Litoral) y a los 16 años viajó a Brasil para probarse en juveniles de un club. A los 19 arribó a Montevideo para ser evaluado en Fénix, dependiendo de la aprobación de Rosario Martínez. “Entrené en primera y quedé”.
EL TECNICO; URRUTI Y LA CAMISETA DE FREITAS
-Convencer a Rosario Martínez era una prueba rigurosa.
-“No fue nada fácil. Estoy agradecido a Fénix, a mis compañeros y a Rosario. Aprendí con ellos. En el juego nos protegimos entre todos, no sólo los de la defensa. La zaga con Nacho (Pallas) también me permitió asimilar desde los consejos a su experiencia en el juego. Por ejemplo, cuándo salir, mejorar. Hice grandes amigos como Waterman, Abascal”.
En la semana bromeó con Luis Urruti, su ex compañero en la institución de Capurro y ahora en el carbonero. “Practicamos en primera y nos bajaron. Ahora nos vamos a encontrar. La primera camiseta que cambié contra un grande fue con Peñarol. Tengo la de Nicolás Freitas” contó. En su entorno recalcó que reservó la aurinegra para sus afectos.
La familia siguió con ansiedad la historia de su arribo a Peñarol. “Llamé a mis padres que están en Argentina. Me falta una persona muy especial, mi abuela María Osvaldina, fanática de Peñarol, mi segunda madre por lo que representa en mi vida”.
Perg se subió al tren de la emoción en el Estadio Campeón del Siglo. “Hoy las emociones no paran”.