100 años de la CONMEBOL (Nota 9)
Por Atilio Garrido / Investigador. Autor de “100 años de la CONMEBOL / Un continente de fútbol”, libro oficial de la Confederación Sudamericana con la historia de su centenario.
Héctor R. Gómez recibió en 1911 otra distinción y, a su vez, una nueva responsabilidad que aumentó sus tareas. José Batlle y Ordóñez, en uno de sus primeros actos en el desempeño por segunda vez de la presidencia de la República que inició el 1º de marzo de ese año, logró que el Poder Ejecutivo aprobara, el 7 de julio, la creación de la Comisión Nacional de Educación Física (CNEF), promulgada como ley No. 3.789. La envió al Parlamento durante su primer mandato, con fecha 7 de julio de 1906… El mismo Don Pepe, en 1911 eligió a los primeros históricos miembros de la Comisión que se ponía en marcha como autoridad superior en todo el deporte. Nombró presidente a Juan A. Smith, de filiación blanca del grupo de Acevedo Díaz con cuyos votos Batlle y Ordóñez llegó en 1903 a la conducción del país. Los demás integrantes escogidos fueron el diputado y presidente de la LUF, Héctor R. Gómez; Carlos Sturzenegger, presidente del Montevideo Rowing Club y vicepresidente de la LUF; Rodolfo de Arteaga, Pedro Towers; Manuel Aubriot; Dr. Eduardo Brito del Pino; José Zamora; Cnel. Albert Schweizer y el Dr. Alberto Vidal.
Gómez agregaba de este modo, a los 30 años de edad, una nueva responsabilidad política vinculada con el deporte, mientras continuaba desempeñándose como diputado, cargo para el será reelecto para un nuevo periodo en este año de 1911. A partir del 1º. de marzo, al asumir José Batlle y Ordóñez por segunda vez la presidencia de la República, Gómez retornó al más alto cargo en el matutino El Día, quedando nuevamente a cargo de la dirección del órgano de prensa del primer mandatario. Efectivamente, ocupó ese cargo cuando Don Pepe culminó el ejercicio de su primera presidencia en 1907, realizando un extenso viaje por Europa. En la primera parte del mismo fue acompañado por el Dr. Pedro Manini Ríos, uno de los jóvenes por quien Batlle y Ordóñez tenía predilección. Para Manini –director de El Día en ese momento- esa excursión resultó también su viaje de bodas, dejando en manos de su amigo desde los tiempos universitarios, Héctor R. Góme, el alto cargo hasta su retorno. En esta oportunidad, el ejercicio del mismo por parte de Gómez se produjo a raíz de la designación del Dr. Manini Ríos, como Ministro del Interior del segundo gobierno de Batlle y Ordóñez.
A raíz de alta posición política y pública que ocupaba Héctor R. Gómez, en este año concretó otra acción inédita en la historia del fútbol uruguayo. La misma no se ha difundido hasta el presente en nuestro país. Incluso no fue incluida por mi parte en el libro biográfico sobre su vida que editó recientemente la Asociación Uruguaya de Fútbol, debido a que razones de espacio llevaron a que reservara este episodio trascendente que nunca antes ha sido mencionado en ninguna historia escrita sobre nuestro fútbol. En cambio, figura en el libro de los 100 años de la CONMEBOL, Un continente de fútbol, del cual soy autor, en la página 58. Se trata de la primera excursión que realizó un combinado uruguayo más allá de Argentina. En este caso concreto el viaje se llevó a cabo a tierras del Brasil, concretamente a Río Grande do Sul. ¿Cómo ocurrió?
Gómez entró en contacto con el embajador de Brasil en Uruguay, Dr. Mascaranhas, quien a su vez gestionó con las autoridades de las ciudades de Río Grande y Porto Alegre, la posibilidad de competir con el fútbol uruguayo, continuando una actividad internacional iniciada el año anterior por los argentinos.
El viaje despertó tanta atracción que La Tribuna Popular destacó un enviado especial que cubrió la gira por el sur del Brasil. Las notas diarias de Alfredo Costa Podestá, permiten hoy reconstruir aquel acontecimiento donde Uruguay logró éxitos en serie durante el mes de julio. Rumbo a Porto Alegre venció dos veces al SC Pelotas por 10:0 y 6:0 continuando el viaje hacia la capital gaúcha. En ella derrotó 3:0 al Gremio Porto Alegrense, culminando la actividad con un cuarto partido al retornar. Nuevamente frente al SC Pelotas triunfó 12:1, cerrando exitosamente la aventura con todos los partidos ganados, 31 goles a favor y tan solo uno en contra.
“Después de un hermoso viaje, llegamos á Río Grande á las 5 p.m. del día 8, siendo recibidos por el doctor Pedro Luis Osorio, presidente del Sport Club de Pelotas, miembros de la Comisión y socios de esa simpática institución deportiva que salieron al encuentro del ‘Júpiter’ en el vaporcito ‘San José’. Desembarcamos y nos dirigimos á la estación del ferrocarril donde esperaba el tren especial que debía conducirnos a la ciudad de Pelotas.
En esta estación nos esperaban el capitán Lluz Gennafiel secretario de la Intendencia, el señor Federico Torres vice cónsul del Uruguay, autoridades civiles y militares, comisiones directivas y socios de todas las agrupaciones sportivas, comisión de los clubs Commercial, Caixeiral y Diamantinos, Congreso Portuguez y otras asociaciones, jefes y funcionarios de las reparticiones federales, estadoales y municipales, médicos, abogados, periodistas, estudiantes, comerciantes, industriales, operarios, en fin, representantes de todas las clases sociales.
Al llegar el convoy, toda esta masa aclamó con entusiasmo á la República Oriental y á sus hijos, aclamaciones que acompañaban con estrepitosas y prolongadas salvas de aplausos; entre tanto las bandas Lyra Artísticas y Diamantina poblaban aquel ambiente grato, con los acordes de los himnos brasilero y uruguayo entre vivas á las dos naciones amigas.
La llegada creo haya sido la impresión más intensa que recibimos entre aquel pueblo, todo lo que mi pluma pueda verter al papel será apenas la sombra de la realidad.
Después de las presentaciones de estilo fuimos invitados á subir en carruajes y automóviles; el aspecto que presentaba el conjunto era deslumbrante: á la derecha é izquierda de los carruajes, mensajeros, parados unos en los estribos otros á pie, alumbraban el desfile con fuego de bengala; los tranvías atestados de gente parecían racimos humanos. Desfilamos por las calles 7 de Abril y 15 de Noviembre hasta el Hotel Aliança entre una compacta multitud que no bajaría de veinte mil personas; veinte mil corazones que latían de gozo al recibir la visita del ‘irmao’.
El primer carruaje conducía á los señores Álvaro Saralegui y Apetes Bordabehere (N. de R. Dirigentes de la LUF que encabezaban la delegación), acompañados por Luiz Pennafiel secretario de la Intendencia y en representación del ilustre doctor José Barbosa Gonçalvez, seguían cerca de setenta carruajes y automóviles, doce tranvías conduciendo á los directores y socios del Sport Club de Pelotas, familias, comisiones y representantes de la prensa local, etc.”
Si he copiado textualmente el comienzo de la primera nota de Alfredo Costa Podestá, es porque resulta realmente destacado. ¡El fútbol uruguayo de entonces, considerado precursor en América Latina junto con Argentina, generaba este impacto en el sur del Brasil!
El combinado uruguayo que se armó para la ocasión, contó los con jugadores de primera división que la comisión de team que comandaba el propio Gómez, entendió que debían viajar para representar a nuestro país. El equipo titular formó con Caserza en el arco, Crocker y Juan Carlos Bertone en la zaga; Jorge Pacheco, Durán Guani y A. Márquez Castro en la línea media y en el ataque Campisteguy –hijo de quién pronto será presidente de la República, estudiante de medicina-, M. Marquez Castro, Carlos y Raúl Bastos y José Brachi. El valor de la representación oriental no sólo se ratifica por la contundencia de los triunfos. Al retornar Pacheco y Brachi integrarán la selección de Uruguay que obtendrá en Buenos Aires, el 15 de agosto, otra gran conquista frente a los argentinos, al vencer 2:0 y conquistar la VII Copa Lipton. Crocker ya era figura de primera línea, lo mismo que Durán Guani, los hermanos Máquez Castro y los Bastos, que llenarán toda esa época.
El éxito de las goleadas que, primero los argentinos de Estudiantes de Buenos Aires en 1910, y luego los orientales en 1911, originó las expectativas de los paulistas y cariocas por observar actuar a los rioplatenses en sus lares.
Aprovechando que la situación en el fútbol argentino se complicaba por la división en marcha, la invitación fue aceptada inmediatamente por Héctor Gómez. A pesar que el nuevo e inmediato viaje programado para agosto, coincidía con la disputa de los tradicionales partidos con los albicelestes, la LUF armó otro seleccionado para presentarse en San Pablo y Río de Janeiro.
Esta nueva gira produjo una situación curiosa. Juan Carlos Bertone, el capitán y una de las estrellas del principal equipo uruguayo, titular en el equipo que jugaría ante los argentinos, renunció y se integró al grupo de menor categoría. ¿Cómo sucedieron los hechos? Bertone participó de la excursión inicial. Hombre de desafíos y ambiciones, captó que existía un excelente mercado para desarrollarse profesionalmente en Brasil. Junto con su hermano, la delegación partió el 5 de agosto de 1911 en el vapor Júpiter. Ambos futbolistas no retornaron. Se quedaron en San Pablo iniciando de este modo la emigración de jugadores uruguayos a Brasil. Juan Carlos Bertone desplegó una extensa trayectoria en el fútbol brasileño, primero como jugador y luego como director técnico. A tanto llegó su prestigio que la asociación de Chile contratará en el futuro sus servicios, dirigiendo al combinado trasandino en la Copa América de 1919 y 1920.
Ea selección oriental viajera intervino durante tres días seguidos en partidos en San Pablo. Empató los dos primeros el viernes 11 y el sábado 12 de agosto, y “en aquella tarde del 13 de agosto se logró la primera conquista, obtenida por un club de San Pablo, por un equipo de Brasil, sobre un conjunto extranjero […]. Marco de oro en la historia del fútbol paulista y brasileño. E. C. Americano derrotó 3:0 a la selección uruguaya”.(1)
El combinado oriental empató tres partidos más en tierra paulista y ganó en su única presentación en Río. En ese mismo momento –el 15 de agosto-, los principales jugadores integrando la selección vencían 2:0 a Argentina, de visita en Buenos Aires, con goles de Piendibene y Romano, conquistando la VII Copa Lipton.
(1) Adriano Neiva: Escrevendo uma historia. Concurso literario 60 años de fútbol en Brasil 1894 – 1954. San Pablo: Federación Paulista de Fútbol, 1955: 54 y 78.
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